9 may 2014

Nuestro villano

Tu película es tan buena como el villano que tengas en ella. Una de esas verdades universales que se repiten hasta la extenuación, pero que no está de más recordar en este caso. Veamos a continuación este momentum.

Para empezar, Jack abre la puerta de una patada y esta cae como una tabla que estuviese ahí apoyada con mucho cuidado, en precario equilibrio. Slater sigue estirando las posibilidades de este mundo hasta lo cartoonish





El plano entonces hace uno de esos zooms que tanto nos deberían gustar y muestra a un puñado de niños a la derecha y a un niño solo, tras un hombre con un hacha extraña y un chubasquero amarillo. Jack tiene una presencia enorme, ya lo sabemos. La luz entra por detrás y su figura se extiende hacia arriba, acompañado por ese árbol de navidad hecho con luces. 



Antes de ese plano de ahí arriba, vemos uno donde el hijo de Slater intenta huir con su padre, pero el villano lo retiene. A continuación, Jack, en la misma posición expectante, pero su hijo ya ocupa la mitad izquierda del plano.

Ahora, una voz malvada (se nota que es malvada) amenaza al niño con ese hacha. La cámara sube por su cuerpo y vemos una cota de mallas tras el chubasquero amarillo. Es un tipo feo, calvo, pero con melena y una dentadura espantosa. ¿Qué es esto? ¿Un pescador preparado para una cruzada medieval? Pues tiene toda la policía en jaque ahí abajo. Y estaba esperando por Jack Slater. Su hijo estaba apartado del grupo. ¿Y por qué leches están en el colegio si es Navidad?

Volviendo al villano, es desconcertante. Es todo lo que podemos decir. Un hacha, un chubasquero, una cota de mallas. Parecen cosas cogidas de aquí y allá para formar un monstruo de Frankenstein del mal. Así, la extrañeza por el mundo en el que nos encontramos crece. Empezar in medias res había sido un puntazo, pero estamos in medias res de una película e in medias res de una saga. Qué ignorantes somos.

6 may 2014

Todo pene

Observemos este plano dividido en tres acciones distintas:

1- Slater coge el walkie del policía al que acaba de patear y habla con sus superior, amenazándolo. 
2- Slater rompe el walkie tan solo cerrando el puño, como si fuese un vaso de plástico. 
3- Slater saca su arma y la amartilla, listo para entrar en acción. 




Lo cierto es que todo tiene que ver con penes. O masculinidades enfrentadas. De eso trataba el cine de acción de hostias de los 80. Hombres que demostraban que eran hombres por encima de otros hombres. Ser el macho alfa y todo eso. Veremos más adelante como la masculinidad en el mundo real de esta película está completamente perdida. En cambio, en el mundo de Slater, él es la Masculinidad. Acaba de machacar a otro hombre golpeándole en las pelotas, ha amenazado a su superior con ser más duro y al final, después de romper un cacharro hecho con plástico bueno, saca su pistola y la amartilla delante de su cara, sin mirarla. Lo seguimos desde un lado, viéndolo de perfil. Así el arma destaca más. Solo vemos lo grande que es su brazo, su hombro y su pistola. Este tío es todo pene.

5 may 2014

Toma acres

Decíamos en el último post que Slater cubre los terrenos que la ley no puede cubrir. En este caso: ese edificio que tenemos delante. 


Vemos coches de policía rodeando el sitio, volcados, humeantes. Una gran batallas se ha librado y ya solo quedan los rescoldos de esta. La Ley nada ha podido hacer. Entonces aparece Slater, el último recurso, el recurso que nadie quiere. Es enorme. Miradlo. Por primera vez lo tenemos completo en la pantalla, solitario, un cowboy que se enfrenta a un duelo, sin temer a la Muerte. Pero alguien se va a poner en su camino.



Es muy importante que el esbirro este esté agachado. ¿Qué hace ahí? ¿Por que está agachado? ¿Qué teme? Sabe que Slater está cerca pero ¡tan cerca! Mira hacia arriba y vemos que Slater es incluso más enorme de lo que nos parecía antes. Mira esa mano en primer termino, desenfocada, gigante en comparación con la cabeza del tipo este.


Efectivamente, Slater es enorme. Nos mira desde arriba y tenemos miedo. Casi somos el tipo ese, ahí acuclillado, si no fuera porque no nos mira directamente. ¡Imaginaos el terror! Se permite soltar un chistecito, sin inmutarse.


Aquí aparece la primera muestra de lo que veremos más adelante. Puro cartoon. El gag verbal se completa con una patada en los acres y el policía en cuestión sale volando como si fuese un Coyote cualquiera. Todo lo que hemos visto hasta ahora era exagerado e hiperbólico pero ¿esto? ¡Esto se sumerge de lleno en lo ridículo!