25 nov 2013

Lunes


"Woody Allen wants casting directors to get Oscars? The casting director who can get a black actor in a Woody Allen film should get an Oscar." decía Ben Schwartzy en este tweet.  En una SoFilm (lo he intentado buscar y no recuerdo en cual) se menciona que ya se ve normal que una mujer negra se acueste con un hombre blanco, pero no se ha visto aun un caso a la viceversa en el Gran Hollywood. En la tertulia de Cowboys de Medianoche, alguien se quejaba de que en American Gangster no se distinguía muy bien a los actores porque todos eran negros y la película transcurría de noche.

Es sorprendente entonces el cliché del jefe de policía afroamericano, gritón y estricto, que obliga al protagonista a seguir la ley preestablecida. En Brooklyn Nine-Nine, Andre Braugher hace este papel de capitán que llega para acabar con la inmadurez de Andy Samberg. Con un añadido: no solo es negro, sino que también es gay. En un flashback, recordaba los 70, entrando por primera vez como un policía en todo su derecho a una comisaría, sus compañeros blancos le preguntaban si se venía a entregar.

Por eso es interesante ver que el cliché escogido, entre todos, para ser el superior de Slater en esa película que, no nos cansemos de decirlo, funciona como homenaje/pastiche/parodia sea negro. Además con un carácter tan marcado y un pasado tan ligado al protagonista, como iremos viendo poco a poco. Quizá venga de la Blaxplotation, quizá servidor necesite más años y visionados para acabar de comprender tamaño film.

16 nov 2013

My beloved hero


La hostia. Es Arnold Schwarzenegger con la cara de Clint Eastwood. Ambos son empedernidos republicanos, pero solo uno de ellos se atrevería a hablar con una silla vacía. El otro se contenta con hablarle a Danny DeVito.

Los 80 habían sido terreno Schwarzenegger. Él es el héroe de los 80: Conan, Terminator (bueno, aquí era el villano), Predator, Commando, Red Heat. Toda tipografía de película de acción ochentera la había encarnado Arnie en algún momento de la década.

Su importancia en el estudio de género es capital: si los musicales se caracterizan por tener canciones dentro de la propia narrativa, las películas de acción de los 80 se caracterizaban por tener tipos duros que habitaban al margen de la ley (por encima o a un lado) y siempre acaban cumpliendo su trabajo, mediante métodos un tanto dudosos. El fin, justificando los medios. Algo cambió en el 88 cuando en Die Hard se nos presentó un héroe dolorido, quejumbroso, que no rehuía del contacto con la policía sino que lo ansiaba. Entre esta desmitificación parcial del héroe aguerrido, sumado a que el propio Schwarz se metió a hacer comedias (Twins también es del 88), aventuraban el fin de los los ochenta.

Quizá la puntilla se la dio Last Action Hero. Contar con Schwarzenegger era obligatorio, pues una película donde hay tal pastiche de género, él debía ser la cara y el cuerpo. Irónicamente, en la película el gran héroe ochentas es Sylvester Stallone. Todos sabemos que es un secundario al lado de Arnie